LATELEVISIÓN: COMPETENCIA DE TODOS.

sábado, 19 de junio de 2010


En un foro en internet encontré una preocupación casi exacerbada por los contenidos que ofrecen los canales de televisión en Colombia. El tema era: las “narco-novelas”. En los comentarios se criticaba y culpaba a los medios por dichos productos televisivos. Pero en la televisión como en otros aspectos que tienen que ver con la comunicación humana, se necesita de dos partes como mínimo para que tal “interacción” se dé, de lo contrario no hay tal.

Lo que quiero decir, es que las publicitadas “narco-novelas” por parte de los canales y muy vistas por los colombianos, están en los mejores horarios, porque la gente quiere ver eso. Luego, culpan a la televisión de todo lo malo o se excusan diciendo que no hay nada más para ver. Claro que hay muchas cosas para ver. Si se tiene el cable, la oferta es amplia, y alcanza para todo. Si no se tiene, también es posible encontrar otras alternativas en la televisión pública tan pisoteada y menospreciada. Y por último, aunque suene a lo mismo de siempre: APAGAR el televisor.

Lo anterior, permite afirmar que dichas producciones no están ahí, por la simple voluntad de los productores o los directivos de estos medios sino por decisión de la teleaudiencia que resolvió ver estos contenidos.

Entonces, exoneramos a los canales de cualquier culpa: ¡por supuesto que no! Ellos tienen una responsabilidad social que se les olvidado o no han querido asumir, porque la única preocupación que tienen en mente es satisfacer a los anunciantes con altos ratings, y por supuesto: sus cuentas bancarias.

El problema también está en la incapacidad de los medios de producir contenidos que no tengan como parámetros de producción: la violencia del narcotráfico, el sexo y la alteración e inversión de valores; y que según Juan Carlos Flechas, investigador y productor de televisión, hacen parte de las lógicas de los canales privados en Colombia.

Entonces… ¿Qué hay que hacer? Construir espacios desde la escuela, desde los estamentos encargados de regular a la televisión y desde la sociedad para crear competencias para ver televisión. Que no sólo seamos receptores sino programadores de lo que queremos ver.

Porque de no hacerlo, continuaremos en lo mismo de siempre: culpando a la televisión de todo lo malo que pasa en la sociedad y ¿Dónde queda el televidente? Esa lógica no solucionará nada. Convirtiéndose sólo en una excusa para evitar la discusión de fondo: ¿Qué sociedad somos y qué queremos ser? Y más importante: ¿Qué estamos haciendo para que los medios, especialmente la televisión, sean vehículos de competencias ciudadanas?

Pues son éstas –las competencias ciudadanas— las que permiten la construcción de ciudadanía o “ciudadanías”. Es decir, personas con criterio para evaluar y proponer los contenidos de la pantalla chica, capaces de ejercer veeduría de lo qué estamos viendo y cómo nos estamos viendo. Esto será fundamental en la producción de contenidos que mejoren nuestra comprensión de nosotros mismos, que permitan a los niños, niñas y jóvenes entenderse y entender al otro.

Indistintamente, tanto televidentes como productores y canales tenemos responsabilidad, en lo se ve y no se ve, en la televisión nacional. Todos culpables y a la vez, parte de la solución, pues si se quiere una televisión ciudadana tendremos que dejar las excusas y comprometernos con la misma.

Una televisión que construya competencias ciudadanas para la convivencia y la paz, para la democracia, la participación y la pluralidad, será una televisión que valdrá la pena ser vista.

 
Plantilla creada por laeulalia basada en la denim de blogger.